“La enseñanza social de la Iglesia es un rico tesoro de sabiduría sobre cómo construir una sociedad justa y vivir una vida de santidad en medio de los desafíos de la sociedad moderna. La enseñanza social católica moderna se ha articulado a través de una tradición de documentos papales, conciliares y episcopales. La profundidad y riqueza de esta tradición se puede comprender mejor a través de una lectura directa de estos documentos ”.– Conferencia de Obispos Católicos de EE. UU.

En la Parroquia San José, cualquier esfuerzo de caridad o de justicia pasará por el filtro de la doctrina social de la Iglesia, y contará con un enfoque de desarrollo humano integral.

Esta enseñanza tiene sus raíces en el corazón de nuestra herencia judeocristiana, y más notablemente en las sabias enseñanzas y acciones del mismo Jesús, quien les dijo a sus seguidores en el Evangelio de Mateo que serían juzgados por lo que hicieran por los más pequeños entre ellos.

Poco después de la fundación de la Parroquia de San José en 1876, el Papa León XIII en 1891 escribió la primera encíclica sobre la enseñanza social: Rerum Novarum, o «Sobre la Condición del Trabajo». Papas posteriores, desde Juan XXIII hasta el Papa Francisco y su encíclica de 2020 Fratelli Tutti , han fomentado la sabiduría y, junto con otros líderes católicos, han creado una rica fuente que muestra cómo nuestra fe en Dios puede inspirarnos a servir a quienes nos rodean.

Aquí hay una descripción general de los siete temas básicos de esta enseñanza:

  1. Vida y Dignidad de la Persona Humana
  2. El Llamado a la Familia, la Comunidad y la Participación
  3. Derechos y Deberes
  4. Opción por los Pobres y Indefensos
  5. La Dignidad y los Derechos de los Trabajadores
  6. Solidaridad
  7. Cuidado por la Creación
“En el mundo actual, el sentido de pertenencia a una sola familia humana se desvanece y el sueño de trabajar juntos por la justicia y la paz parece una utopía superada. Lo que reina en cambio es una indiferencia fría, cómoda y globalizada, nacida de una profunda desilusión oculta tras una engañosa ilusión: creerse todopoderosos, sin darse cuenta de que todos estamos en el mismo barco. Esta ilusión, ajena a los grandes valores fraternos, conduce a “una especie de cinismo. Porque esa es la tentación a la que nos enfrentamos si vamos por el camino del desencanto y la desilusión… El aislamiento y el retraimiento en los propios intereses nunca son el camino para devolver la esperanza y lograr la renovación. Más bien, es cercanía; es la cultura del encuentro. Aislamiento, no; cercanía, eso sí. Choque cultural, no; cultura del encuentro, sí”.– Papa Francisco, Fratelli Tutti , 2020, #30

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